Hamilton Naki, un sudafricano negro de 78 años, murió en mayo de 2005. La noticia no apareció en los periódicos, pero su historia es una de las más extraordinarias del siglo XX. Naki era un gran cirujano.
Fue él quien retiró del cuerpo de la donante del corazón que fue transplantado a Louis Washkanky en 1967, en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, en la primera operación de transplante cardíaco humano con éxito.
Es un trabajo muy delicado. El corazón donado tiene que ser retirado y preservado con el máximo cuidado.
El 2 de diciembre de 1967, Denise Darvaald, una joven blanca atropellada al cruzar una calle, fue trasladada con urgencia al Groote Schuurhospital (El Cabo), donde se le diagnosticó muerte cerebral, aunque su corazón seguía latiendo.
En otra cama del mismo hospital, Louis Washkansky, un tendero de 52 años, agotaba sus últimas esperanzas de vivir. Entonces, el Doctor Barnard, decidió intentar el trasplante. En una épica intervención de 48 horas, los dos equipos lograron extraer el corazón de la joven e implantarlo en el cuerpo de Washkansky. Los asistentes recuerdan la delicadeza con la que Naki limpió el órgano de todo rastro de sangre antes de que Barnard volviese a hacerlo latir en el pecho del hombre.
Pero, ¿qué hacía Hamilton Naki, un ciudadano de segunda, que había abandonado los estudios a los 14 años por necesidad, en medio de una de las operaciones más destacadas del siglo?Quizás las palabras del célebre Barnard, poco antes de su muerte, lo resuman: "Tenía mayor pericia técnica de la que yo tuve nunca. Es uno de los mayores investigadores de todos los tiempos en el campo de los trasplantes, y habría llegado muy lejos si los condicionantes sociales se lo hubieran permitido".
Naki era el segundo hombre más importante del equipo que hizo el primer transplante cardíaco de la historia. Pero no podía aparecer porque era negro en el país del apartheid.
Pero Hamilton Naki no podía salir en las fotografías del equipo. Cuando apareció en una, por descuido, el hospital informó que era un empleado del servicio de limpieza.
Pero el hospital lo consideraba tan valioso, que hizo una excepción con él. Se transformó en cirujano... "pero clandestino".
Vivía en una barraca sin luz eléctrica ni agua corriente, en un gueto de la periferia, como correspondía a un negro.
Cuando el apartheid terminó, le concedieron una condecoración y el título de médico honoris causa. Nunca reclamó por las injusticias que sufrió a lo largo de toda su vida.
Pese a la clandestinidad y discriminación jamás dejó de dar lo mejor de sí mismo: "su pasión por ayudar a vivir"
Hamilton Naki, magnífico médico y ser humano excepcional.
"DEBERIAMOS PENSAR LO INJUSTOS QUE SOMOS LOS SERES HUMANOS..QUE MUCHAS VECES MENOSPRECIAMOS A OTROS POR EL COLOR DE SU PIEL.. HAMILTON NAKI..SER HUMANO EXCEPCIONAL NUNCA SE QUEJÓ DEL TRATO DESCRIMINATORIO QUE SUFRIÓ DURANTE TODA SU VIDA..LO DIÓ TODO A CAMBIO DE NADA, NI SIQUIERA UNA VIVIENDA DIGNA…EL MEJOR HOMENAJE...RECORDARLO"
Un motivo más para disfrutar de la canchita...
Atentamente: rovich
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