miércoles, 27 de julio de 2011

05. Camino a la Libertad

Es una magnífica película sobre el valor de la libertad

Portada:

Ficha:
Título película: Camino a la libertad. Título original: The way back.Dirección: Peter Weir.
 País: USA. 
Año: 2010.
 Duración: 133 min. 
Género: Drama.
 Interpretación: Jim Sturgess (Janusz), Ed Harris (sr. Smith), Colin Farrell (Valka), Saoirse Ronan (Irena), Mark Strong (Khabarov), Alexandru Potocean (Tomasz), Dragos Bucur (Zoran), Gustaf Skarsgaard (Voss).
Guion: Keith R. Clarke y Peter Weir; inspirado en la novela “La increíble caminata (The long walk: The true story of a trek to freedom)”, de Slavomir Rawicz. 
Producción: Duncan Henderson, Joni Levin, Nigel Sinclair y Peter Weir. Música: Burkhard Dallwitz.
Fotografía: Russell Boyd. 
Montaje: Lee Smith. 
Diseño de producción: John Stoddart.
Vestuario: Wendy Stites. 


Comentarios:

“Camino a la libertad”: La gran travesía

Principios de los 40. Joseph Stalin preside la Unión Soviética bajo el terror. Los prisioneros son deportados a las prisiones de Siberia, llenas de horrores y sufrimiento. Janusz (Jim Sturgess), Valka (Colin Farrell), Zoran (Dragos Bucur), Smith (Ed Harris), Voss (Gustaf Skarsgård), Kazik (Sebastian Urzendowsky) y Tomasz (Alexandru Potocean) huyen de uno de esos centros y emprenden una caminata a la que pronto se unirá Irena (Saoirse Ronan). El paseo se irá alargando de forma increíble, hasta convertirse en una travesía llena de penurias que tiene por destino final la India y por objetivo la libertad. Al final del viaje los supervivientes habrán recorrido cuatro estaciones, 12 meses y miles de kilómetros en circunstancias nada favorables.



“Camino a la libertad”: Huir hacia delante

Peter Weir presenta una historia tan increíble e inmoderada como tan sólo la vida real puede ofrecer. Una propuesta que nos recuerda los límites prácticamente insondables del espíritu y el coraje humanos.

1941. Janusz (Jim Sturgess), Valka (Colin Farrell), Zoran (Dragos Bucur), Smith (Ed Harris), Voss (Gustaf Skarsgård), Kazik (Sebastian Urzendowsky) y Tomasz (Alexandru Potocean) huyen de los horrores de una prisión siberiana camino de un territorio liberado del férreo yugo stalinista. No tardará en unirse al grupo Irena (Saoirse Ronan), joven también a la fuga en circunstancias parejas. Peter Weir vuelve a los grandes espacios abiertos y al encuadramiento del hombre en entornos naturales irreductibles con “Camino a la libertad”, adaptación de la novela “The long walk: The true story of a trek to freedom”, de Slavomir Rawicz, una historia de supervivencia tan increíble e inmoderada ─el objetivo final de los evadidos se encuentra a seis mil kilómetros a pie del punto de partida─ como tan sólo la vida real puede ofrecer.


La extraordinaria aventura/desventura del dispar grupúsculo de enconados seres humanos, dispuestos a entregar sus vidas como hombres libres antes que fallecer sumidos en las penurias de un "gulag" soviético, emociona desde su mismo planteamiento, más allá del saber hacer de un cineasta capaz de desprender de todo abuso épico o superlativo una narración consecuente, sencilla, moderada, sin grandes alardes rimbombantes ni despliegues de medios ─a su favor tiene un escenario natural espontáneamente tremebundo─ más propios de cualquier gran producción hollywoodiense. Weir conoce las cartas de que dispone, y las juega a partir de un conjunto de actores entregado en sus recreaciones aunque sin especiales atractivos individuales en un global variopinto y disfrutable, especialmente, en su versión original.

Sin elipsis bruscas ni transiciones destempladas que rompan el ritmo del relato, el tour de force anímico y físico de la cuadrilla central admite, acoge y abraza nuestra pequeñez respecto del vasto mundo por el que pululamos sin descanso. El trabajo de producción es honesto a la par que fastuoso, estático y dinámico por igual en función del avance de los acontecimientos, beneficiado además de una inteligente banda sonora y un extraordinario ─e insistente─ verismo en la manifestación de los estragos que las inclemencias climáticas tienen para con los protagonistas. Un canto racional ─no todos llegarán a su destino, evidentemente─ al poder que albergan nuestros no tan frágiles cascarones, impulsados por un anhelo de reencuentro con nuestros "yos" más combativos y los orígenes que un día nos vieron marchar, por uno u otro motivo. Un camino inimaginable, un recorrido de héroes.

Tráiler:




Sabias que...
“Camino a la libertad” adapta la novela “The long walk: The true story of a trek to freedom”, de Slavomir Rawicz, un relato de supervivencia que interesó e inspiró al director australiano Peter Weir ...
¡A disfrutar de la película con canchita...!

Atentamente: rovich

lunes, 18 de julio de 2011

04. El Último Bailarín de Mao

Una  película para el análisis: "Hay que ser libres para poder volar"





“El último bailarín de Mao”: La danza del amor y de la libertad

“El último bailarín de Mao” es un retrato suavizado de la Revolución Cultural China y de la injerencia maoísta en el ámbito familiar. Una cinta agradable y positiva, con buena ambientación y música sinfónica que apela a los sentimientos.

El cine está lleno de historias de superación personal y de individuos que buscan la libertad en un entorno adverso. En principio, esas piedras en el camino resultan un material muy apropiado para crear situaciones dramáticas y emotivas que enganchen al espectador, para construir personajes de carne y hueso… que saquen a flote sus aspiraciones, frustraciones y esperanzas. Además, si la ficción está basada en hechos reales y contempla un marco histórico atractivo, entonces podrá llegar a ser una gran película. 



Lo intenta Bruce Beresford (“Paseando a Miss Daisy”) con “El último bailarín de Mao”, a partir de la exitosa autobiografía del bailarín Li Cunxin. Le acompañamos desde que es seleccionado en su aldea para ir a Pekín y seguir un programa de danza clásica… para después comenzar a vivir el sueño americano, con algún problema y decepción pero también con tenacidad y lealtad. Desarraigo y sacrificio, amor y desencanto, arte y política se mezclan en un mundo sin fronteras en el que las aspiraciones personales se sienten amenazadas por lo institucional.


Simplificando historias y personajes con algún que otro tópico, Jan Sardi escoge los elementos necesarios para elaborar un guión equilibrado y complaciente: sabe crear momentos de intensa emoción —el desenlace es la guinda del goloso pastel— y también detenerse en escenas de ballet para hablar con ellas de profundos sentimientos. Menos logrados están los instantes dramáticos dentro de la embajada China o la relación afectiva de Cunxin con una de las bailarinas, rodadas de manera más convencional y televisiva. Sin duda, la buena ambientación conseguida por Beresford —sobre todo en las localizaciones de China— y la decisiva presencia familiar en el ánimo del bailarín son aspectos que destacan sobre el resto. La envolvente y apabullante música sinfónica mueve irremisiblemente las emociones del espectador, y la puesta en escena no brilla en exceso teniendo en cuenta las posibilidades que la historia ofrecía.


El director australiano nos deja una cinta agradable y positiva en la que un bailarín lucha para que la política y los intereses nacionales no determinen el curso de la vida personal ni dicten los sentimientos individuales. Retrato suavizado de la Revolución Cultural china y de la injerencia maoísta en el ámbito familiar, con una diplomacia que permite al director rodar en el país y al bailarín cumplir su sueño sin ser contra-revolucionario ni perder a su familia. La interpretación de Chi Cao en el papel de Cunxin adulto resulta aceptable, más brillante en las escenas de ballet —de hecho es bailarín reconocido—, con una danza que adquiere una utilidad revolucionaria o es expresión de libertad… según quién la contemple. 

La película clausuró la última Seminci y gustará a los amantes de las buenas historias que se quieran dejar conmover y salir del cine con buen sabor de boca. Una cinta amable y cómoda, sin un ápice de dureza ni denuncia, con coreografía y lágrima fácil… al servicio de una danza de amor y de libertad.

Tráiler:


Fuente: Butaca 

Atentamente: rovich